Todas las temporadas tiene lugar, al menos dos veces, el partido del siglo. Barcelona y Real Madrid se vieron las caras anoche en un partido en el que estaba en juego más el orgullo que la competición, dada la diferencia actual entre ambos equipos.
La prensa deportiva, igualmente estupida en Madrid y en la ciudad condal, ha especulado toda la semana con una hipotética goleada, poniendo en boca de la gente sus imbeciles ideas. Como no podía ser de otra forma, el partido fué mucho más disputado, con un 2-0 final para el Barça.
Da la sensación de que el Madrid fichó a un nuevo entrenador durante la semana para no hacer el ridículo en este partido. Y desde luego Juande Ramos planteó el partido bastante bién desde esa cobarde perspectiva. Nada más empezar el partido, los jugadores blancos cocieron a patadas a Leo Messi, el jugador más peligroso del mundo, alejándolo de la banda y disminuyendo los espacios del ataque azulgrana. Al mismo tiempo, Gago hizo un marcaje individual a Xavi, a sabiendas que es quién que maneja al equipo a su antojo, y los delanteros cubrían a Marquez y Touré, dejando a Puyol solo para sacar el balón desde atrás, de una manera más imprecisa que sus compañeros. De esa manera, coteniendo el juego del Barça y saliendo de vez en cuando a la contra, el Madrid podía tener alguna esperanza.
Pero el madrid de este año tiene la calidad justita. En sus dos contragolpes más peligrosos, Drenthe y Palanca se quedaron solos ante Valdés, y no supieron definir. Para contrarrestar la poca participación de Xavi, Guardiola introdujo a Busquets por Gudjohnsen y poco después, el canterano forzó un penalti que Casillas le paró a Eto'o. Pero el camerunés no aprecia demasiado al Real Madrid y consiguió su ansiado gol en el minuto 83, tras un balón que dejó de cabeza Puyol, elevandose por encima de jugadores que le sacan 4 metros de altura. Después de esto el partido se acabó, los jugadores merengues no tenían la energía ni la técnica suficiente para marcar un gol, y en un contraataque, Messi dejó el 2-0 definitivo en el marcador.
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