Pepe Colubi nació con una tele debajo del brazo. Sus padres habrían preferido un pan, pero lo quisieron igual y le dieron de merendar todos los días mientras el chiquillo no despegaba los ojos de la pequeña pantalla. Sus mejores amigos fueron Mazinger Z, Bugs Bunny y Piraña. Maduró con los Jordache, el emperador Claudio y el JR de Dallas. Admiró a Kunta Kinte, Colombo y Furillo. Viajó al más allá con Kirk, Koening y la lagartota Diana. Observó con curiosidad científica a Michael Knight, Murdock y MacGyver. Se partió el pecho con Rigsby, Kramer, Chandler, Frasier o Skinner y siempre quiso llamarse Earl. Se le congeló la sonrisa con Tony Soprano, Grissom y Dexter. Se dejó curar por House y Becker. Vivió trepidantes aventuras con el vuelo 815 y deseó con todas sus fuerzas salvar a la animadora, o ser compañero de taberna de Homer Simpson. Tanta tele vista ha convertido a su autor en un perturbado de provecho; las citas y diálogos catódicos que laten en su cabeza pedían a gritos ser ordenados en un libro titulado "Pechos fuera" donde se recogen los mejores dialogos de las series que nos han criado.
Matt Groening, creador de Los Simpson y Futurama, es uno de los reyes del mambo en cuanto a frases y momentos geniales. El personaje de Homer Simpson concentra algunos de los mejores, como cuando antes de morir devorado por unos extraterrestres les suplica: “No me comáis, tengo mujer y tres hijos. Comedlos a ellos”. En otro momento, demostrando de la madera de la que está hecho, recomienda a sus hijos: “Niños, lo habéis intentado lo mejor que podíais y habéis fracasado totalmente. La lección es: nunca más lo intentéis”. O su padre a él: “Homer, eres tonto como una mula pero más feo. Si un desconocido te pide que subas a su coche, ¡hazlo!”. Pero para frases políticamente incorrectas, ésta: “Me gustaría que Dios estuviera vivo para ver esto”.
Matt Groening, creador de Los Simpson y Futurama, es uno de los reyes del mambo en cuanto a frases y momentos geniales. El personaje de Homer Simpson concentra algunos de los mejores, como cuando antes de morir devorado por unos extraterrestres les suplica: “No me comáis, tengo mujer y tres hijos. Comedlos a ellos”. En otro momento, demostrando de la madera de la que está hecho, recomienda a sus hijos: “Niños, lo habéis intentado lo mejor que podíais y habéis fracasado totalmente. La lección es: nunca más lo intentéis”. O su padre a él: “Homer, eres tonto como una mula pero más feo. Si un desconocido te pide que subas a su coche, ¡hazlo!”. Pero para frases políticamente incorrectas, ésta: “Me gustaría que Dios estuviera vivo para ver esto”.
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