El comercio electrónico proporciona ciertas ventajas con
respecto a las formas de comprar tradicionales, eso lo sabemos todos. Una
persona puede comprar cualquier cosa sin necesidad de salir de casa, y dispone
de un mayor número de opciones entre las que elegir. Ahora bien, como ocurre en las tiendas
físicas, tienes que tener cuidado a la hora de comprar por Internet, porque
intentarán aprovecharse de ti en cuanto te descuides.
Ten cuidado cuando veas algo demasiado barato por ahí,
desconfía. Hay muchos casos en que las tiendas virtuales se aprovechan del
hecho de no tener que enfrentarse cara a cara a los clientes para llevar a cabo
actos que se pueden considerar fraudulentos o, al menos, abusivos.
He vivido en mis propias carnes, o más bien a través de mi
pareja, un caso claro de este tipo de prácticas. Ha sido en la tienda
Lightintthebox.com, en la que mi novia compró unas botas muy monas, que tenían
un precio de 22 euros y, según ponía en la propia página, le llegarían a casa
en un plazo estimado de entre 3 y 5 días. Las cosas funcionaron de forma muy
distinta.
El precio aumentó, en primera instancia, debido a unos
gastos de envío no especificados previamente.
Es razonable que se deban pagar este tipo de gastos, aunque no tanto que
se obligue al usuario a pagar la tarifa de envío acelerado, como así ocurrió.
12 euros más que no sirvieron para nada, pues los días pasaron, uno tras otro,
sin noticias
Lo lógico, en estos casos, es intentar ponernos en contacto
con la tienda para saber qué ocurre. Pero, ¿Qué pasa? Que el servicio de
contacto de Lightintthebox.com tan solo sirve para preguntar cosas antes de
comprar, no te resuelve dudas una vez que el proceso ha comenzado. Mandamos un
mail y no nos contestaron. Ante eso, dejamos un comentario en la página del
producto, a ver si alguien nos explicaba algo, o para avisar a posibles nuevas víctimas, pero el comentario fue
borrado sin vergüenza alguna.
Finalmente, el producto llegó cuando habían pasado más de 15
días laborables. Pero, ojo al dato, la empresa encargada del envío llamó poco
antes de hacer la entrega a la casa de mi novia avisando de que esta debía
pagar 23 euros más de aduana, ya que las botas llegaban desde China. El propio
repartidor le informó de que esta era una práctica habitual por parte de la
tienda, que muchas chicas habían sufrido lo mismo.
Por tanto, unas botas que se anunciaban a un precio de 22
euros acabaron costando 57, y fueron entregadas en un plazo tres veces superior
al previsto. Se trata esta de una práctica evidentemente fraudulenta, aunque no
me cabe duda de que la empresa se escudará en alguna pequeña clausula escondida
en las condiciones de uso de la web. Debes saber que estas clausulas no tienen
valor legal, da igual que estén firmadas por el cliente, son clausulas abusivas
no vinculantes.
Para colmo de la
desfachatez y tras no responder a ninguna de las dudas expresadas, la tienda
virtual, una vez realizado el pago, mandó un mail informando del sorteo de un
iPad, dejando claro que, para ella, los clientes no son más que borregos sin
cerebro. Eso sí, solo pueden participar en este sorteo aquellos que publiquen
comentarios positivos y fotitos bonitas. Pero tú no seas estúpido, cuando te
pase algo de esto, ponte en contacto con la oficina del consumidor o informa a
través de redes sociales, no te dejes engañar por ladrones sin escrúpulos.